Leí este libro porque necesitaba un descanso en mis lecturas y las novelas románticas suelen ser cortas y rápidas de leer y suelen cumplir mis necesidades. Algo me decía que esta novela no me cambiaría la vida y no me equivoqué mucho.
Helena es la condesa D' Lisle que se encuentra bajo la supervisión de su tío Fabien, un hombre que antepone el poder a sus seres queridos.
La novela empieza en Nochebuena con una Helena de 16 años que pasea por el convento en el que reside. De repente aparece de la nada un chico muy apuesto con el objetivo de ganar una apuesta. Antes de huir, ser funden en un beso.
Pasan siete años y Fabien de Mordaunt sigue dirigiendo la vida de Helena, su última orden es que se dirija a Londres y busque un futuro marido que se ajuste a sus exigencias: poseer condiciones y fortuna igual o superiores a las de Helena, pero con mayores propiedades o ingresos que ella. En el primer baile que se presenta allí, se encuentra al duque Sebastian Cynster, que resulta ser el mismo muchacho que hace siete años le robó aquel beso.
Entramos en el mayor tópico de los tópicos. La chica, bella por fuera y por dentro, elegante e inteligente, no quiere ser domada por nadie. Como no también, es virgen. El chico, mayor que ella, atractivo, inteligente, duro pero sensible, es un Don Juan con una reputación que pa' qué. El amor que sienten el uno por el otro, como no, hará que sus miedos e inseguridades sean derribados.
Una historia con personajes poco desarrollados, con una trama sencilla, sin giros, que te conduce tranquilamente a un final predecible.
Investigando un poco descubrí que este libro es el primero de la saga Cynster, de nada más y nada menos diecisiete entregas, aunque son libros que se pueden leer por separado. Pero aunque sea así, yo seguro que no leeré el siguiente.
En definitiva, es un libro entretenido, que se lee rápido y sin aportar nada más.
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